viernes, 8 de agosto de 2014

Compañerismo

Hace no tantos años, un grupo de jovenes se juntaban a la hora de receso, todos los días, todo el día.
Mark, Rojas, Angel, Montes, Parker y Sarah. Eran aquella pandilla que se creían demasiado buenos para los demás, hablaban acerca de como antes todo era mucho más simple y que la música de hoy era basura.

En la cooperativa vendían muchas cosas, sandwiches, tortas, sodas, jugos, paletas, chicles. A Mark le gustaban las tortas que vendían, Además que estaban bastante baratas, asi que casi todos los recesos iba acompañado de Angel y Rojas a comprar una, Rojas usualmente compraba un tubo de galletas, y por esa razón tuvo un problema por relleno de catsup, pero esa es otra historia. Angel, compraba rockaletas, a veces entre los dos se turnaban de cosas para comprar. Algunas veces Montes nos acompañaba, o nos esperaba en compañía de Sarah y Parker por el viejo árbol de moras.

A veces Mark se sentía un poco inspirado y se hacía preguntas de la vida como por ejemplo " ¿Por qué debemos de caminar a todos lados?" y Rojas respondía que ese suceso era debido a nuestra inabilidad para poder levantarnos del suelo y volar. Mark se quedó perplejo a ésta respuesta, y siguieron su camino a travéz del infamoso grupo de gente debajo de los edificios del turno matutino, nuestro valiente trío de amigos intentaban alejarse lo más posible de tal malevolidad que les decía "Cholos" por lo cual intentaban verse lo más rudos posible.

Al llegar a su spot hacían lo mismo que hacían todos los días, hablar de lo último acerca de la tecnología del entretenimiento y la comunidad que lo rodea, de vez en cuando caminando alrededor y viendo las novedades de sus compañeros y compañeras, pero hubo un tiempo en el que Mark no estuvo con su grupo tan unido y completamente funcional.

Él, un día, a la hora de receso, fue introducido a un grupo de 4 muchachas, similares a su antiguo grupo, Se juntaban siempre las mismas, todo el día, todos los días, siempre se sentaban en el mismo orden y hablaban de cualquier cosa que les llegara a la mente, el resto del grupo se dio cuenta de esto asi que acompañaron a Mark a platicar con ellas, aunque se mantenían separados y cada quien con su propia gente.

Montes antes se juntaba con otras personas, con las cuales no enacajaba en absoluto hasta que descubrió a la pequeña pandilla de la que pronto formó parte.







lunes, 23 de junio de 2014

Guerra.

Hace no tantos años, un grupo de jovenes se juntaban a la hora de receso, todos los días, todo el día.
Mark, Rojas, Angel, Montes, Parker y Sarah. Eran tus típicos nerds que se veían después de clases para jugar Calabozos y Dragones, viendo películas de star wars y haciendo videos de ellos peleando con espadas de Fomi

Esta vez, Rojas encontró en internet acerca de un arte llamado "origami" que es maneras de doblar papel en diferentes figuras, y se interesó específicamente en un dobléz que construye una estrella voladora, o como dirían otros, un "shuriken".
Al paso de los días estuvimos, todos, perfeccionando nuestras habilidades de construir estas armas mortales hechas de papel, hasta que cierto día, nos declaramos guerra entre nosotros, la cual se llevaría a cabo ese mismo día a la hora de receso.

Muchas hojas fueron arrancadas en esas pocas horas antes de la masacre, y convertidas rápidamente en munición para el ataque. Cada imperio tenía su propio almacén, sin ayudarse entre sí. Ya no importaba nada en esta lucha, ni los 3 pesos que se prestaron para comprar aquella torta, ni la tarea que se pasaron el otro día, ni el favor que se hicieron para que no le pusieran reporta. No, ahora cada quien por su propia cuenta.

Cuando sonó el timbre, todos salieron, movilizandose hacia el campo de batalla, bajo el Gran Árbol de Moras, tan conocido en el Reino, pero uno de ellos, Parker, hizo una jugada sucia, aventó una estrella antes de llegar y que se prepararan, asi que todos contraatacaron sin siquiera saber quien era el culpable. Sarah solo miraba la masacre, chateando con su celular. Algunos agarraban moras y las aventaban, pero siempre agarrando tiros caídos al suelo, hasta que sonaron las campanas que marcaban el final del tiempo de descanso, y pararon los tiros a discreción.

No hubo sobrevivientes.

domingo, 22 de junio de 2014

Erase una vez...

Hace muchos años atrás, un grupo de Jovenes se juntaban en su escuela, todos los días, todo el día. Mark, Rojas, Angel, Montes, Parker y una mujer, Sarah. Eramos tus típicos matones que usaban chamarra de cuero, tomaban cerveza, y fumaban detrás de los salones.

Una de las cosas que nos gustaba hacer era jugar básquetbol, quizá no eramos los mejores, pero nos gustaba payasear entre nosotros, encestar, pasar la pelota, hacer trucos, y retar a otros grupos de otros salones, Lo cual no pasaba seguido porque eramos casi los únicos que jugaban en los recesos, solo estaban los morros de 1ro que jugaban cuadro en las canchas de voleybol, los tipos que siempre jugaban futbol, y nosotros. Una de esas veces que estabamos jugando en la cesta más cercana a la cooperativa, se nos acercó un profesor que era conocido por todos. Era moreno, alto, y siempre estaba uniformado, un pantalón café con una camisa blanca que siempre tenía fajada. Nos pidió que le pasaramos el balón, y como los niños buenos que eramos, lo hicimos. Hizo un 360 y aventó la pelota hacia el canasto. Sin tocar el aro y con nosotros gritando queriendo ser igual que él. Nos dijo que en la secundaria el jugaba basquetbol, igual que nosotros, Nos imaginamos como era en ese entonces.

Los blancos eran negros y los negros eran blancos.